diumenge, 28 de desembre del 2014

Los sueños y el esfuerzo son la base del éxito

¡Hola amigos!

 Soy Diana Stroe J Sí, aquí estoy de nuevo.  Os escribo un poco tarde, pero creo que ahora es el momento oportuno, ya que se ha acabado el primer cuatrimestre universitario y tengo un poco de tiempo, ya que estamos en “vacaciones”. Ahora sí que os voy a describir un poco lo que es el Grado de Enfermería por dentro y tengo muchas experiencias para contar (de forma resumida, tranquilos) que os pueden resultar interesantes y os ayudarán si queréis cursar este grado.

Primero os dejo una foto de mi Facultad, de la llamada “La casa de los Lacasitos”:



Para empezar, la Enfermería es una carrera dura. Lo siento, pero esos que la llaman “segundo Magisterio” se equivocan… y mucho. El primer año, al menos desde mi punto de vista, es como el de Medicina (excepto algunas asignaturas) y hay que trabajar y estudiar todos los días si quieres sacártela. Y otro punto a tener en cuenta es la vocación. La Enfermería es una disciplina del campo de la salud tan importante como la medicina y por ello se necesita dedicación y sacrificio (no solo como profesional, sino también como estudiante), paciencia y, sobre todo, una voluntad tremenda de ayudar a los demás. Los enfermeros, tal y como dice mi profesora de fisiología (enfermera también) son los que más se relacionan con los pacientes y los que intentan animarlos y apoyarlos en los momentos más difíciles. “Ayudar a los demás, con lo que sea”: este es el lema de los enfermeros.

En cuanto a asignaturas, en el primer año hay 10: cinco en el primer cuatrimestre y cinco en el segundo. Yo me voy a centrar sobre todo en las que acabé este mismo martes (y de las que me examinaré nada más acaben las vacaciones). Tengo Fisiología Humana, Microbiología, Anatomía Humana, Bioquímica y Bioestadística y las pongo en este orden según el grado de dificultad que me parece que tienen (de más a menos). La Fisiología es un mundo y si me apuntaría todas las palabritas raras que hay que saberse, creo que elaboraría un bonito diccionario. La Microbiología… ¿qué decir? Me he aprendido más de 80 nombrecillos de “bichos” (en latín) y las enfermedades que producen y la verdad asusta un poco… creo que voy a dejar de comer carne, y verduras, y leche… vale, mejor no hacerles caso ;).  Las otras son un poco más fáciles de entender, aunque también hay mucho temario (y aquí haré hincapié en Anatomía), pero una vez te pones a estudiar, es fácil. En verdad creo que aquí reside la dificultad de estas carreras tan maravillosas, las de las Ciencias de la Salud: hay mucho temario y hay que sabérselo bien, porque, al fin y al cabo, nuestro “material de trabajo” son las vidas de las personas.

Bueno, os he asustado bastante. Aquí viene la parte bonita de todo esto: he aprendido mucho desde el punto de vista profesional… ¡pero también personal! Tanto de los profesores como de los alumnos. Las prácticas son geniales y te hacen sumergirte de verdad en la rutina del hospital. Hacer EGC (electrocardiogramas), sacar sangre, tomar la tensión manualmente, con esfigmomanómetro y  fonendoscopio (sí, así de raro se llaman en verdad los tradicionales tensiometro y estetoscopio) y hacer RCP (reanimación cardiopulmonar) son solo unos cuantos ejemplos de las prácticas que se llevan a cabo en esta carrera. Las otras las descubriréis vosotros mismos, no os quiero quitar la ilusión J . También hay muchas prácticas de laboratorio, entre ellas “criar” bacterias, que van muy bien para los que se quieren dedicar a la investigación, en un futuro.

También os he dicho que he aprendido mucho desde el punto de vista personal. Bueno, pues sí. Y aquí va el mérito de mis compañeros. Tengo en mi clase a personas que me han enseñado lo que es de verdad luchar por un sueño, lo que es la constancia. Al tratar en los grupos de trabajo con gente de 24 años, que se han sacado Selectivo por su cuenta; con padres de bebés que tienen que cuidarlos las 24 horas (la verdad, yo no sé cuándo estudian); con madres de hijos mayores que yo… me he dado cuenta de lo pequeños que son mis problemas y que si de verdad quieres conseguir algo, no importa ni el tiempo ni el lugar, ¡tan solo hay que luchar! Ellos me ayudan todos los días, me dan consejos para la vida de sus experiencias… pero lo que más nos une es nuestro amor por las personas que nos rodean y la necesidad de hacerles la vida un poquito mejor. Eso sí, también hay “cerebritos” que han entrado con notas de 13 en la carrera y “listillos” que se lo saben todo… pero esto pasa en cualquier carrera, ¿no?


En fin, había dicho que esto era un “resumen”… así que acabo ya con mi consejo de siempre: 'Resistir, no desistir'. La vida no es ese plan que te haces de pequeño y que debes seguir paso a paso, porque, sino no tienes el futuro que esperabas. La vida es improvisar por el camino, dar lo mejor de ti, pero si no te sale bien, no importa. Lo mejor del éxito es el fracaso que has superado para llegar a este punto. Yo he aprendido mucho de esta experiencia y al no haber entrado en la carrera que yo quería (y sigo queriendo), me ha hecho luchar con más fuerzas para conseguirlo. Ahora más que nunca quiero estudiar Medicina, aunque tengo que reconocer que la Enfermería es una carrera y una profesión impresionante también.

En conclusión, el Grado en Enfermería (al menos en la UJI), es un grado que requiere esfuerzo, pero que se compensa con la satisfacción del conocimiento y el sentimiento de formar parte de un gran equipo de profesionales, de compartir tus ideales con otras personas de diferentes edades y de hacer lo que te gusta. Como diría un amigo mío: “Ser auxiliar, enfermero/a o médico es mucho más que una profesión: es una actitud y una forma de vida.”

Con esto me despido ya, pero con la promesa de que volveré con más entradas. Si necesitáis alguna información extra no dudéis en contactarme. Estaría encantada en ayudar en lo que pueda a la gente que lo necesite, ya sea con consejos, aclaraciones e incluso apuntes J

¡Un abrazo para todos!

¡¡¡Felices fiestas!!!


dijous, 11 de desembre del 2014

Retazos del pasado, pinceladas para el futuro

El Llombai, que recuerdos... Los graduados del 2010/2011. La generación de oro nos llamaban.
Dicen que había gente buena y aplicada, que se veía potencial... la verdad es que se juntó una buena quinta.
Pero sea como fuere, se tiende a dramatizar ciertas partes y el tiempo, como un fino sudario, cubre los restos de la siempre decadente memoria.
¿En cuanto a mí? Mi nombre es Lucía Tabas. Quizá hayas oído hablar de mí, quizá me hayas dado clase, quizá fuera contigo al instituto por aquella época…
Yo andaba por ahí en medio.

Permanecí en el Bachiller Científico-Tecnológico durante dos años, me presenté al selectivo, y entré en la carrera que escogí.
Antes que nada, como escribiera Quevedo "El agradecimiento es la parte principal de un hombre (y mujer) de bien" y a mí me gustaría aprovechar para dar las gracias a algunos profesionales con los que he tenido el placer de formarme durante mi paso por el instituto, por su paciencia para conmigo (pues sé que muchas veces no fui una persona fácil), por su tolerancia hacia algunos excesos, por su calidad humana... a veces incluso por decirme lo que no queria oir o ponerme los pies en el suelo cuando lo necesitaba. En fin, por intentar hacerlo lo mejor posible, por ver una persona más allá de un alumno. Por valorarme. Vosotros sabéis quienes sois. Una vez más: Gracias.

Ahora bien, como comprendo que este blog es de orientación me gustaría aportar un poco de material útil para el lector que se encuentre en el trance que yo ya lidié allá en los tan maravillosos 17: esto es para ti que estás en el IES Llombai, con los mejores años de tu vida por delante, con la sensación de que puedes hacerlo todo. (Y lo puedes). Estas lineas son tuyas.

De mi a ti, la elección final (para pre-universitarios)

Voy a decir algo políticamente incorrecto: Si vas a estudiar carrera, académicamente, la formación proporcionada por los años que corresponden al instituto no es seriamente decisiva.
Esto es así (sin ánimo de perjurio u ofensa) puesto que posteriormente vas a especializarte en la rama que realmente consideres interesante y en los bien llamados “estudios superiores” es donde encontrarás mayores dificultades conceptuales, los nervios o el estrés por tu futuro, o la realización o preparación…. que al fin y al cabo, si de ‘curriculum vitae’ se trata, esto es lo que te manufactura y  te pone el sello cara el mercado laboral.

Así que para ti, carne fresca de facultad, el instituto pasa a ser más, desde donde yo lo concibo, una etapa de formación como persona, de descubrir tus habilidades, talentos y hacia donde te quieres enfocar en un futuro, (sin olvidar la base de cultura general que te ofrece pues es muy triste encontrar a un ingeniero que no sabe escribir correctamente o un abogado que no te pueda hacer una regla de tres).
En mi caso yo escogí Ingeniería Industrial en la UPV, y el año que viene me dispongo a escoger la especialidad que cursaré y el posterior Máster (porque sino no me convalidan el título en el resto de Europa... bienvenidos a Bolonia). 
Como ahí hay mucha tela que cortar tal vez hable de nuestro sistema educativo y las posibilidades que ofrece en otro momento u otra entrada. ..
Pero ahora estábamos hablando de ti futuro/a universitario/a. Y bien ¿dónde te vas a meter? 
Bueno, ante la disyuntiva de escoger una carrera u otra diré para vuestro alivio que la decisión suele hacerse más fácil por descarte de opciones. Yo sabía que las ciencias de la salud no me inspiraban lo suficiente y en cuanto a las carreras de letras, si bien es cierto que me gustaban algunas (barajé psicología o periodismo), no creía que pudiera desarrollarme profesionalmente al mismo nivel.
Haciéndolo simple, para mí, el consejo en este punto es que en lugar de centraros en QUÉ carrera estudiar, os focalicéis en PORQUÉ os apetece estudiarla. Qué queréis conseguir.
Y por eso nadie va a ser capaz de daros la guía definitiva pues cada uno vive la vida y es feliz de una manera (ejemplo: habrá quien quiera ser profesor de infantil por los meses de vacaciones y quien adore a los niños), en fin, que cada persona tiene su propia filosofía.

Hay diferentes motivos (y yo creo que todos perfectamente válidos): por puro placer carpe diem, por convencionalismos sociales, tener m̶u̶c̶h̶a̶ ̶p̶a̶s̶t̶a̶  solvencia, por ambición profesional, por auto-realización… yo encontré mi porqué, y entonces cuando lo proyectas ves que hay 2 o 3 opciones que se te acoplan y te lo garantizan a un mayor grado: ahí haces tu apuesta de futuro. Tiras los dados. Empieza el juego.

Cuando la carrera que eliges pasa a no ser un fin en sí mismo sino un medio te das cuenta de que hay varios caminos a seguir para llegar al mismo destino. Y parte del estrés desaparece, quizás no es tan vital solo y únicamente ESA carrera en solo y únicamente ESA universidad. 
Las opciones son múltiples.

Comentaba anteriormente que yo elegí mi carrera por un motivo, en mi caso necesitaba algo más que simplemente pasármelo genial estudiando y salir cual devota universitaria todos los jueves del mes a la discoteca correspondiente (porque vive Dios que si estudias una ingeniería no lo haces)...
Hay mucha gente que abandonó mi carrera en mi primer año (creo recordar que la tasa de abandono rondó el 40%), porque a veces es duro, porque a lo mejor te das cuenta de que no es lo que buscas. Esas cosas pasan.
Con esto no quiero desanimaros... lo importante es saber qué quieres a la larga y ser constante en ello.
Así que una vez lo decides lo intentas pasar bien por el camino mientras le das el sí quiero a tu carrera y te presentes en la facultad/escuela al siguiente año.
Lo que yo os diría y lo que os escribo ahora, es que sea cual sea el motor o motivo por el que toméis la decisión de dedicaros a algo, estudies lo que vosotros elijáis: que si os equivocáis sea vuestro fallo, y no el de otros... porque no hay peor arrepentimiento que el de lo que pudo ser y no fue.

Para la gente que tenga un poquito más de ambición, de espíritu emprendedor, deciros también que nunca tengáis miedo de nada: de caeros o de fallar. Como digo, dependiendo lo que elijáis, al principio puede ser duro.
A esas edades quizás lo que más falla es la auto-confianza: creed en vosotros y confiad en que podéis con ello. Nunca hagáis caso a los que digan lo contrario, que no podéis o cualquier discurso similar, y si “meais muy alto” pues mejor, así al menos mojareis por arriba…

Con esto quiero decir que siempre va a haber gente tóxica en los años sucesivos, una cualidad muy buena va a ser identificarla y obviarla. No escuchéis.

Y sobre todo seguid siempre aquello en lo que creáis, es muy bonito vivir siendo coherente contigo mismo.

La vida más allá (carrera técnica-científica)

Nota: Considero que hay una notable diferencia entre elegir una u otra rama profesional y como yo solo puedo hablar de lo que hago aviso de que los consejos o las experiencias puedan no ser aplicables a otras modalidades.

Una vez pasada la etapa del instituto te das cuenta (y aquí cierro el bucle con respecto a la introducción inicial) que las calificaciones no lo son todo (ojo! son importantes, pero otras cosas también).
Sí, muchas veces verás que incluso la nota y lo que aprendes no van de la mano.
Si te centras en ser un buen profesional o sencillamente una persona exitosa (a cualquier nivel) te darás cuenta que hay algo mucho más importante en el mundo real, y laboral: las habilidades que desarrolles.
Esto es algo que sí que creo que es muy importante potenciar en estos años de instituto, porque vas a poder aprender más o menos conocimientos teóricos, sí, las cosas se olvidan y el tiempo pasa rápido, pero las habilidades y técnicas que adquieras, tanto humanas como psíquicas: tu capacidad de trabajo, tu método de estudio, tus principios, tus valores, tu inteligencia emocional, van a ser lo único que te quede en limpio al final.
Yo por ejemplo carecía como dije al principio de orden ni método… vamos que ni pajolera de técnicas de estudio, no me había hecho falta y no lo había desarrollado…. esto lo eché de menos, y mucho, en un futuro, cuando la ingente cantidad de materia era imposible de abordar estudiando el día de antes.
(Crecer académicamente es darte cuenta con 3 cafés en el cuerpo y la lata de monster rehab abierta en el escritorio que no puedes aprender los entresijos del dominio de Laplace o convertirte en un experto de la termodinámica ni de la dinámica integral de fluidos la noche anterior, que igual no eres tan inteligente después de todo y que bachiller era un juego de niños) así que sí, tus profesores tenían razón; ser organizado es muy importante, ser trabajador también, llevarlo al día más.
Respecto a las habilidades sociales yo las considero aún más relevantes si cabe: digamos que si quieres triunfar van a ser un multiplicador de tus habilidades psíquicas.
Saber moverte en sociedad, de quien debes hacerte amigo y a quien evitar, saber expresarte bien en público, ser capaz de dejar huella o de influir en los demás, ser asertivo, tener principios, ser una persona confiable, o de palabra, educado, saber cuándo callar y saber cuándo hablar, respetar, tolerar, ser capaz de ver más allá de lo obvio… todo eso no solo te va a hacer ganar una entrevista el día de mañana, generar una buena cartera de contactos, o permitir ser popular en la universidad sino que te va a ayudar a sobrevivir en el mundo real y sentirte realizado como persona.

Aquí es donde podéis aprovechar al máximo vuestros años de instituto, desarrollaos como personas y sobretodo conoceos a vosotros mismos, vuestros puntos fuertes y flacos, aprended a tratar a los demás. 
En la universidad el trato con el profesorado es muy diferente, eres un alumno más en un aula magna con un numero de ID que corresponde a otro número de expediente y ya. La relación que podáis tener con vuestros profesores ahora no se repite luego, al menos no hasta ese grado, aprovechad a quien se quiere implicar más y escuchadle… seguro que encontráis a alguien, yo lo hice.

Despedidas y punto final

Con esto acabo cualquier consejo que pueda daros de la decisión y vida que os queda por delante. De todo lo remarcable, de todo lo que podría extraer de estos años de universidad me quedo con lo tocante ‘ad hoc’.
Lo importante que es la capacidad de empezar ante lo desconocido con las ganas e ilusión intactos, sabiendo que te caerás y te volverás a levantar...

Respecto al futuro, aveces es difícil aceptar que no poseemos el control absoluto o que en el trayecto del aprendizaje fallamos y que necesitamos la ayuda de otro para ser mejores que al principio, para llegar más lejos.
Hay que saber aceptar lo que venga y superarse.

Todo no sale bien a la primera y es muy importante el probar, y el no tener miedo a ello, el fracasar en cosas y el seguir peleándolo... el simple hecho de que también es importante saber luchar después de que algo sale mal, "intentarlo" una, cinco, diez, o mil veces, las que hagan falta.
Imposible sería olvidar las palabras de mi profesora de cálculo III "aprovechad la oportunidad que se os presenta, ahí fuera en el mundo real hay muy pocas personas que estén dispuestas a enseñaros o a ayudaros, y si tenéis suerte y encontráis a una dispuesta, arrimaos todo lo que podáis a ella".

Aprovechad.

Cuando los días pasen y vayas arrancando hojas al calendario te darás cuenta que las cosas que antes creías fundamentales no lo son tanto, los datos aprendidos se olvidan, que las modas pasan y lo que se lleva este año al siguiente no es tendencia... que lo importante son las cosas que quedan: lo que eres.

Sed la mejor versión de vosotros mismos. En todo. Siempre.

dilluns, 8 de desembre del 2014

Cómo decidir qué estudiar.

¡Hola a todos y a todas! Me llamo Mar Meliá de Alba, tengo 21 años y estudio filosofía en la UV. Cursé la ESO y Bachillerato en el IES Llombai, y mi último año allí fue el del 2010/2011. Como estudiante, me gustaría hablaros de varios temas que considero relevantes aunque en esta primera entrada me centraré única y exclusivamente en uno: cómo decidir qué estudiar. Doy por hecho que muchos de vosotros estáis terminando el instituto y que, por lo tanto, tenéis este asunto más que presente. ¡Ojalá mi opinión al respecto os ayude!

Algunas personas escogen sus estudios universitarios (o de cualquier otro tipo) pensando en las salidas profesionales; otras los eligen pensando en cumplir con expectativas ajenas (de familiares, amigos y/o profesores). Probablemente se os anime a estudiar aquello en lo que venís destacando, ya sean la física o algún idioma. En consecuencia, también os habrán animado (con muy buena intención) a poneros límites: ¿soy de ciencias o de letras? Si los años previos a la universidad llegan a ser tan agobiantes en este sentido es porque, básicamente, se reciben todos los consejos menos el único realmente útil: escuchaos a vosotros mismos

Deshaceos de la obsesión por las salidas laborales, ignorad lo que otros quieren que seáis y olvidaos de las buenas o de las malas notas que habéis sacado o acostumbráis a sacar en cada una de las asignaturas. Sed valientes y escuchaos, sin más. No seáis cobardes y no os neguéis la oportunidad de ser verdaderamente buenos en algo, independientemente de qué sea ese algo. Porque cuando os escuchéis a vosotros mismos y escojáis lo que de verdad os estimula y satisface, será fácil convertirse en uno de los buenos y no porque os vayan a regalar nada, precisamente. Disfrutaréis tanto trabajando duro y esforzándoos que, simplemente, seréis capaces de dedicarle mil horas al estudio de la materia que hayáis elegido. Creo, de verdad, que la difícil pregunta acerca de qué estudiar puede resumirse en algo tan simple (¡y complejo!) como esto.

Por otro lado, me gustaría recordaros que el hecho de sacar buenas notas en una asignatura no implica ni que se os dé bien ni que os guste realmente. Tened en cuenta este tipo de detalles porque se pueden convertir en auténticas trampas, al igual que (insisto) el encerraros antes de tiempo en las etiquetas de estudiante de ciencias o estudiante de letras. Una vez os hayáis escuchado a vosotros mismos y os hayáis sorprendido pensando en lo imposible, no lo descartéis y ¡googleádlo! Nunca, nunca menospreciéis ninguna opción por el simple hecho de no estar familiarizados con ella. Utilizad las herramientas con las que contáis a vuestro favor, no contra vuestras propias inquietudes e intereses. Finalmente, R. W. Emerson redactó un ensayo (breve, no os asustéis) que quizás os sirva de ayuda también. Se trata de Confía en ti mismo e independientemente de las críticas que cabría hacerle, puede que en él encontréis algunas ideas útiles. ¡Muchísima suerte a todos y a todas! 

dilluns, 1 de desembre del 2014

De ciencias a letras

Después de casi dos meses dándole vueltas a que contar, por fin me he decidido a escribir y publicar en el blog. Me llamo Griselda y acabé el instituto en el curso 2010/2011, y lo que vengo a contar es cómo después de tener muy claro que quería hacer ciencias, acabé haciendo una filología.


Desde el momento en que se puede elegir en el instituto, yo cogí asignaturas de ciencias y posteriormente el bachillerato de ciencias de la salud, ya que tenía muy claro que quería estudiar biología. Me gustaban más las ciencias y se me daban mejor, y también al tener claro lo que quería hacer ni me planteaba otra cosa.

De mi paso por el instituto tampoco tengo mucho más que decir. Pasé por el instituto viejo, por los famosos barracones, por clases partidas en dos con una pared de papel y al final por el instituto nuevo. Tuve suerte de que me tocó una clase con buenos compañeros en la que casi todo el mundo quería estudiar por lo que el ambiente era bueno. De los profesores tampoco puedo decir mucho, en el sentido de que creo que quitando que alguno me cayera mejor que otro, no me puedo quejar.

Al final de 6 cursos de instituto llegó el selectivo, después de estar los dos últimos cursos oyendo la palabra PAU a todas horas y en mi opinión no fue para tanto. Esto no quiere decir que si durante el instituto no has hecho nada aprobarás, pero creo que llegamos más asustados de lo que luego es. Si en bachillerato trabajas, llevas las cosas más o menos al día y apruebas todo, es fácil aprobar e incluso sacar una nota decente en selectivo, porque básicamente es otra vez todo el temario que has estado viendo durante más de un año.

Yo al final lo saqué todo con unas notas decentes, aunque podrían haber sido mejores, y entre en biología en la repesca, muy contenta porque iba a estudiar por fin lo que quería. Como en la mayoría de grados, primero es bastante general y la mitad del temario es repetido. Hay pocas asignaturas específicas y no te das cuenta si de verdad te gusta o no. Pero cuando llegó segundo me di cuenta de que no, no me gustaba y no estaba a gusto estudiando biología. Las asignaturas no eran lo que pensaba y algunos profesores tampoco ayudaban, además después de pensarlo, tampoco me veía haciendo nada relacionado con biología al terminar la carrera.
Tenía claro que quería seguir estudiando en la universidad, y después de darle vueltas decidí que al siguiente curso me cambiaría a estudios ingleses (o lo que es lo mismo, filología inglesa). Da miedo cambiar, y sobre todo entre cosas tan diferentes, pero la verdad es que no me arrepiento para nada del cambio.


Lo que vengo a deciros con todo este rollo es que no pasa nada por equivocarse. En mi opinión hay que elegir muy pronto, y aunque lo tengas muy claro, hasta que no llegas a la universidad no ves las cosas de verdad. Está claro que da palo decirles a tus padres o a tus amigos que te quieres cambiar de carrera o dejar la universidad, pero al final tienes que hacer lo que creas que es mejor para ti y estarás más a gusto. Tampoco vale la pena pensar que has perdido el tiempo, porque las cosas que aprendes y las experiencias que vives, no te las quita nadie. Y bueno, si lo tenéis claro desde un principio y no os equivocáis de carrera, pues esos años que lleváis por delante.

Griselda Adánez Moreno